miércoles, mayo 25, 2011

Un trapo viejo y pinzas de la ropa.

El cuarto está lleno de peluches, puzles, coches, garajes, muñecos de acción y libros. Pero un trapo viejo y un puñado de pinzas de la ropa pueden ser los mejores juguetes del mundo.

Este fin de semana mi hijo Julio ha dejado su imaginación correr, más de lo habitual.


Las medusas de Bob Esponja han invadido su cuarto y una de ellas se le ha posado en la cabeza. Luego esa medusa, por arte de magia, se convirtió en un gorro de payaso. Después de un rato cogió un tambor y estaba recorriendo las calles de procesión Semana Santera. Dio un para de vueltas en un circuito de velocidad con su moto GP y de repente estaba toreando. (Esto último me ha pillado completamente de sorpresa, :-O)
Para que veas que lo más insignificante puede ser lo más divertido del mundo.No hace falta mucho más que un trapo viejo y un puñado de pinzas de la ropa. 

¿Recordais la entrada que nos hizo Ava de 'La importancia de la imaginacion'?

Bendita imaginación infantil.

Rebecca

3 comentarios:

  1. Pues si bendita imaginación. Mi hija como más feliz es, es con un cartón de huevos y un brick de leche jejeje. Lo de las pinzas es que realmente les encanta ehh. Muchos besos!

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  2. Tienes toda la razón. Hace unos años regalamos a las hijas de mis primas un montón de cosas para Navidad y estaban jugando en el jardín con una caja de cartón enorme a modo de casa!!!

    Si es que a veces nos pasamos con los regalos...

    Besitos

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  3. Yo tenía una sábana... bueno más bien un mantel que era un mapa. Eso me servía para hacer una tienda de campaña, capa de superman, carretera para los coches y un largo etc...
    Que tiempos!

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